jueves, 30 de agosto de 2007

Cinecittà, 70 años de la fábrica de los sueños

Revista Que Pasa, agosto 2007 (Chile)

“Aqui se respira el misterioso proceso de la creación”. Así definía Federico Fellini a Cinecittà, y como no, si aún hoy caminando por sus 600.000 mt2 se puede encontrar la reproducción de la Fontana de Trevi –utilizada para los particulares de la escena de Anita Ekberg en “La Dolce Vita”- o trozos de la monumental escenografía de “Cleopatra”, que vió nacer el fogoso –e intermitente- romance entre Elizabeth Taylor y Richard Burton.


Este año el mundo del cine está de fiesta, no sólo por la glamorosa 60° versión del Festival de Cannes de mayo pasado, sino también por las siete décadas que Cinecittà, la mítica ciudadela romana que posee los estudios más grandes de Europa, cumple este 2007.
Fue en 1937 cuando, por primera vez se escuchó el grito de “acción!” en uno de los multiples set de la llamada “Hollywood del Trastevere”, los estudios donde se han realizado más de 3.000 films entre producciones italianas e internacionales, especialmente norteamericanas. De ellas casi 90 han sido nominadas al Oscar, mientras que 47 han obtenido la estatuilla que –más allá de las criticas- continua a ser el termostato de la cinematografía mundial.
Imposible olvidar a Audrey Hepburn y Cary Grant girando en Vespa por Roma, en “Vacaciones romanas” (53); o las hordas humanas y monumentales escenografías del imperio romano de “Quo vadis?” (51), “Ben Hur” (59) o “Cleopatra” (63), o la Fontana de Trevi nocturna de “La dolce Vita” (60), todos ellos indefectiblemente ligados al imaginario de Cinecittà.
Espejo de la realidad italiana, con su prepotencia preguerra, su miseria posterior y el renacer económico que es “escenografía” de los años del technicolor de la cinematrografia hollywoodiana; Cinecittà es al mismo tiempo, historia real y ficticia.

Un largo “flash back”...
Cinecittà nace del deseo personal de Benito Mussolini que, como Stalin e Hitler, reconoció el potencial ideológico de la comunicación... aunque para algunos históricos, influyeron también pasiones más personales, como el interés de su hijo Vittorio en el cine (en los años siguientes, director de varias revistas especializadas) y el deseo de la hermana de su amante, Clara Pettacci, de convertirse en actriz.
El hecho es que el 29 de enero de 1936 se posó la primera piedra de lo que sería la Ciudad del Cine en la Via Tuscolana 1055, entonces una zona rural ubicada a unos a 9 kms. de Roma. En 475 dias se construyó una moderna obra arquitectónica racionalista, que en los 600 mil mts. disponibles edificó 140 mil: un total de 73 edificios, de ellos 16 estudios de filmación con protección acústica (hoy 22), 21 salas de maquillaje, estudios de sonido, salas de proyección, una piscina de 7.000 mt2 para las escenas de mar, oficinas y 8 kms. de calles asfaltadas bordeadas por pinos romanos y arbustos de laurel, con una planta fija de 900 empleados.
La estructura prácticamente no ha cambiado: cruzando la puerta principal de Via Tuscolana un gran parque jardin que ejerce de núcleo da la bienvenida, al extremo opuesto de la entrada, las oficinas centrales, tras de ellas el estudio N°5, el más grande de Europa. En torno al parque una treintena de edificios de color ocre y naranja, concebidos para cumplir toda la fase de elaboración de un film (vestuario, maquillaje, utilería, montaje) son las “arterias” que “alimentan” a los estudios y permiten que el trabajo que se desempeña en ellos sea absolutamente autónomo y, por ende, el desarrollo contemporáneo de diversas producciones.
Esta capacidad de generar realidades paralelas se convirtió en un sello de Cinecittà: guardias romanos y galos jugando futbol en los jardines, Nerón y Rigoletto en agitada conversación, mientras Cleopatra tomaba un cafe con el director de turno.
De aqui también la afirmación de que sólo bastaba ingresar con una buena idea, Cinecittà y su óptimos técnicos y artesanos podían convertirla en realidad: desde la bajada de la pizarra y el consiguiente grito de “acción”, hasta la primera copia del film.
La primera película nacida en Cinecittà fue “Scipione L’africano” (37), de Carmine Gallone, que narraba la batalla de Cartago. El grandilocuente filme, premiado en la quinta versión del Festival de Venecia como mejor film nacional, tenia citaciones directas a la conquista italiana de Etiopía y referencias a la oratoria de Mussolini,
quien habria participado en la escritura del film sin aparecer en los créditos.
La crónica de la época habla de la fastuosa inauguración de Cinecittà a la que asistió un Duce fascinado: visito 4 de los 16 estudios, en el número 7 una orquesta tocó parte del soundtrack de “Scipione L’africano”, mientras en los 3 restantes visitó grabaciones en curso. La ciudad del cine que significaría un frente a frente de la Italia imperial con Hollywood, habia nacido.
Hasta 1943 (en 6 años) se realizaron cerca de 300 films, todos ellos sujetos a los beneficios de leyes proteccionistas impuestas por el facismo, que lograron desplazar de su territorio al ya fuerte mercado estadounidense. Una de estas fue la tasa por el doblaje de todos los films en lengua extranjera, aunque el impuesto ya no existe, la costumbre del doblaje se mantiene hasta hoy.

La Guerra real en el reino de lo ficticio
En julio del 43, el “Eje” que reunía a Italia, Alemania y Japón, inicia su crisis final. Mussolini es destituido y encarcelado, pero prontamente liberado por los alemanes e instalado en un gobierno títere en el norte de Italia... hasta ahi traslada su obsesión cinematográfica, y en Venecia instala su “Cinevillaggio” (“villa del cine”) con material de Cinecittà.
En el centro de la bota los enfrentamientos entre alemanes y aliados aumentaban, y Cinecittà no estaba exenta. Los nazis saquearon todo aquello que los técnicos y artesanos no lograron desmontar y guardar en sus casas, y las arboladas calles y amplias dependencias se transformaron en habitación temporal para las víctimas de los bombardeos y en campo de prófugos para los italianos llegados desde el sur, Dalmacia y Libia, y para extranjeros (eslavos, austriacos, polacos, chinos y alemanes) que esperaban sus visas para viajar al continente americano.
Este fue el periodo más oscuro de Cinecittà, el objetivo para el que había sido creada casi no existía. En 1944, los estudios N°6 y 7 habian sido destruidos por las bombas, en los camarines funcionaba la Cruz Roja y una organización internacional para refugiados; el magnífico estudio N°5 (con los disparos de metralletas en sus paredes) acogía a unas 1.500 personas, el edificio de la Dirección se habia transformado en un hospital de emergencia y existía incluso una pequeña escuela.
En medio del caos, la magia renacía, mostrando en los hechos la doble política de gestión de Cinecittà postguerra: el producto de masa y el film de calidad, el cine para todos y el cine de autor. La crónica de la época lo muestra, siguiendo el romance de una jovencisima Gina Lollobrigida con un médico del Hospital de la Cruz Roja, incorporando a los “habitantes” de Cinecittà y a las masas pobres de Roma como extras (hasta mediados de los 50), y sobre todo “el hijo” de los principiantes directores de preguerra que fuera del recinto desarrollaban un nuevo modo de hacer cine, todo italiano: el neorrealismo.
Poco había en Cinecittà, los estudios destruídos y ocupados, y el poco material de filmación que no habia sido llevado al “Cinevillaggio”, estaba vencido. Esto llevo a unos jovencísimos Luchino Visconti, Roberto Rossellini y Michelangelo Antonioni a filmar a la calle, y asi nació uno de los géneros cinematográficos más interesantes de la historia del cine, un cruce entre realidad y domumental, una narración coral realizada por actores no profesionales que hablaban de la miseria y la desocupación. “Roma, ciudad abierta”(45) y “Ladrón de Bicicletas”(48), son dos clásicos indiscutidos.
Pero volvamos a Via Tuscolana. Aunque con excepción de 1945, en que nada fue filmado, los años restantes al menos 3 películas menores salieron de la “a mal traer” ciudad de los sueños. El manual de moral laica para la renaciente Italia “Cuore” (47), de Duilio Coletti con Maria Mercader y Vittorio De Sica -basado en el libro del mismo nombre de Edmundo De Amicis- es considerado el primer film de Cinecitta de la post guerra.
Pero la necesidad de dinero era urgente y los más de 200 millones de liras que fueron invertidas en 1948, tras las manifestaciones (que incluian estrellas de la talla de Anna Magnani) en Piazza del Popolo, y a leyes que –sin la rigidez anterior- obligaban a las salas a un mínimo de proyecciones nacionales, no bastaban.

Hollywood cruzando el Atlántico
Poco a poco Cinecittà se fue levantando, pero los colosos norteamericanos del cine (la MGM, la Paramount, United Artist y la Warner Bros), que habían sido mantenidos a raya por las leyes proteccionistas del facismo, eran dueños y señores de las salas italianas.
El neorrealismo era “producto de exportación cultural”, pero la imagen que daba de la península no era, a juicio del nuevo gobierno Demócrata Cristiano, la que necesitaba el país. Así en 1949 fue firmado un acuerdo entre Cinecittà y la MGM, que permitió una toma de poder arrogante, generosa e indecentemente gastadora por parte de la industria norteamericana y una nueva imagen de Italia, elegante y exhuberante.
Con un dólar fuerte, la necesidad de olvidar la reciente guerra, una sociedad ansiosa de glamour y, como soundtrack las canciones de Perry Como, Connie Francis, Frank Sinatra y Dean Martin, comienzan los años 50 para la Ciudad del Cine.
Nacen los “paparazzi” (denominados así en “La dolce vita”) que se apropian de Via Veneto –rebautizada la “via del pecado” – y apuntando los flashs contra figuras –y figuritas- alimentan la máquina de la naciente cinematografía mundial. El film que inauguró la “nueva coalisión” fue “Quo Vadis” (51) de Mervin LeRoy, con Peter Ustinov y Debora Kerr. Una magnífica reconstrucción de época, 32.000 trajes, un inolvidable incendio de Roma y una columna sonora que se transformó en el “sonido oficial” de la antiguedad. El film tuvo 7 nominaciones al Oscar, pero no venció ninguno. Una curiosidad?... entre los 6 mil extras diarios que trabajaron en el film se encontraba una quinceanera Sofia Scicolone, más tarde conocida como Loren.
La eficiencia técnica y artistica de Cinecittà, reflejada en la calidad visual del film, y los bajos costos, atrajeron rápidamente nuevos proyectos. “Vacaciones romanas”, el primer protagónico de Audry Hepburn que postuló a 7 Oscar y venció 3, entre ellos el de vestuario. “La condesa descalza” (54), con Ava Gadner y Humprey Bogart; “Adios a las armas” (57), con Rock Hudson y un Vittorio De Sica, candidato al Oscar como mejor actor de reparto, marcó el comienzo de peliculas que mezclaron entre sus actores a lo mas granado de Hollywood y Roma.
“Ben Hur” (58) de William Wyler, con Charlton Heston, marcó una epoca, con 15 millones de dólares invertidos –hasta ese momento el más caro de la historia- fue, por 40 años, la pelicula que ganó más estatuillas (11). En ella trabajaron 100 mil extras (entre ellos Elizabeth Taylor, de vacaciones en Roma), se realizaron 300 decorados, y de los 14 meses de filmación, 3 de ellos fueron integramente dedicados a las escenas de la carrera de cuádrigas. Estos 20 minutos del film significaron la adquisición y adiestramiento de 120 caballos y la consiguiente construcción de espacios adecuados para ellos.
Pero el punto más alto de la colaboración entre Cinecittà y Hollywood fue en 1963 con la apoteósica “Cleopatra” de Joseph L. Mankiewicz, protagonizada por Elizabeth Taylor, Richard Burton y Rex Harrison. La inversión de 44 millones de dólares cari arruinó a la Fox. Escenas y escenografias monumentales, un record de vestidos usados por la Taylor (65, que merecieron un Oscar), pero sobretodo el nacimento de la bizarra pasión entre sus protagonistas que, en la época, desafió hasta al Vaticano.
Capitulo a parte merece la crónica rosa de la época. Amores, escándalos, matrimonios y separaciones giraron en torno a la Mecca del cine italiano, y muchas anécdotas escritas en los anales del séptimo arte tienen como telón de fondo Cinecittà: las cajas de agua mineral (que embotellaban whisky) de Richard Burton o el camarín de la Taylor, de 8 habitaciones, donde una asistente cobraba por mirar por el ojo de la cerradura a la apasionada pareja; los senos postizos de la Hepburn perfectamente ordenados en lo que habia sido su camarín; Ava Gadner que seducida por un gigolò giraba Roma; Roberto Rossellini que abandonaba a Ana Magnani por la hermosa Ingrid Bergman (sin casarse!); la acusación de bigamia contra Carlo Ponti luego de casarse con una novel actriz de nombre Sofia Loren, y un largo etc.
La producción italiana del periodo, no fue menor, lo demuestra la aparición de nuevos géneros como la “comedia a la italiana” (“Nos habiamos amado tanto”, de Ettore Scola) o el “spaghetti western” (“Por un puñado de dólares”, de Sergio Leone).

Nada es para siempre, pero...
Durante dos memorables décadas, Cinecittà mostró el milagro de la inteligencia artesanal y marcó un hito en las producciones cinematográficas de época, pero con los años 70 se inició un periodo de baja, superado sólo por el “fenómeno Fellini” (que desde el 39 hasta el 90 dirigió y escribió una treintena de películas, todas en Cinecittà), la nueva ola de resonancia del cine italiano de la mano de directores como Ettore Scola, Luchino Visconti y Pier Paolo Passolini, y el fortalecimeto de las coproducciones europeas (con Francia y Alemania, especialmente).
Aunque la relación de Cinecittà con la television habia comenzado fugazmente a fines de los 50, con la transmision en directo de “Tosca” por las pantallas de la RAI, la pantalla chica se mantuvo distante hasta la década de los 70, en que comenzó a elaborar programas de TV. Ello significó también la renovación digital de los procesos de postproducción que incluyeron la restauración de viejos films.
En los años 80, crecen los rumores de cierre. Roma cambia y la especulación edilicia y la instalación del primer centro comercial de la ciudad amenazan a Cinecittà. El 87 el incendio en una de las bodegas, se traduce en la pérdida de una cantidad incalculable de material histórico, entre vestuario y escenografia. Esta vez fue la publicidad quien la rescató de la muerte, con una media de 70 spots realizados al año.
En los 90, fue privatizada y, a decir del holding, Cinecittà se transforma en “una empresa multimedia que opera en el ámbito de la entretención y la cultura”, que hasta hoy realiza series de TV (como la versión local de “Gran hermano” u “Operación triunfo”), publicidad y video clips, sin olvidar, claro esta, el cine.
Y es que prácticamente toda la producción cinematografica italiana pasa, antes o después, por Cinecittà.. pero no sólo, aunque ya no es la “Hollywood del Trasevere” siguen visitandola de allende el Atlántico, asi lo demuestran peliculas como “El nombre de la Rosa”, “Las aventuras del Baron Munchausen”, “Il Postino”, “El Padrino 3”, “El Paciente inglés”, “Alien 2”, “Mision Imposible 3”, “El talentoso Sr. Ripley”, “Te con Mussolini”, “Gangs of New York”, “La pasion de Cristo”, “Ocean twelve”,...

Recuadro
De ella han dicho:
“Como en nuestro inconsciente, en Cinecità mensajes, señales, emociones que vienen quien sabe de dónde, son elaborados, estructurados, codificados en relatos de historias, expresadas en un lenguaje de signos, colores, luces, caras, vestidos de todo tipo de materiales emblemáticamente re-propuestos para realizar las fantasías aparecidas en la esfera imaginativa de un director. No es así que funciona y se exprime el mecanismo del sueño?” (Federico Fellini).
“Mas allá de las diferencias de costo y sus ventajas técnicas, es uno de los escasos reductos de la industria del cine donde se pueden construir espacios ficcionales con el respaldo de un artesanado de privilegio, que además se entrega con pasión al trabajo” (Ettore Scola).
“Cinecittà ofrece diversas posibilidades, todas alimentadas del entusiasmo y de una cultura del cine que aún pone el alma en cada parte de la realización de un film. La potencialidad de estos estudios son tantas, y es placentero confrontarse con una profesionalidad que vive la emoción del propio trabajo” (Francis Ford Coppola)
“Cinecittà es una época, una tradición. Es nuestra historia, la historia de nosotros, los actores” (Alain Delon).
“Cinecittà se mantiene simbólicamente una bella fortaleza, mientras fuera es el infierno, dentro de sus muros se continua a narrar fábulas, a veces amargas, a veces dulces, otras divertidas” (Marcello Mastroianni).

Leer más...

sábado, 4 de agosto de 2007

A 6 anos del G8 en Genova

Algunos procesos judiciales continuan, las versiones cambian... y los responsables ascienden
Por Andrea Nunez

Genova, 21 de julio del 2007. A las 17:27 horas (hora de la muerte de Giuliani) la musica se detuvo, luego de un minuto de silencio la senadora Heidi Giuliani, madre de Carlo, subio al estrado donde se realizaba un concierto en memoria de los hechos del G8 2001: “Hemos estado en silencio por un minuto, ahora es el momento de hablar, de que todos hablen, que venga fuera la verdad”, en una clara alusion a los ultimos hechos judiciales. Mas tarde un grupo de personas realizo un sit in frente a la comisaria de Bolzaneto, donde los detenidos fueron torturados. La noche del 22 el “Comite Verdad y Justicia para Genova” organizo una velaton en el frontis de la Scuola Diaz, donde hace 6 años, 93 personas fueron golpeadas brutalmente por fuerzas policiales, cerrando asi el “plan de seguridad” del gobierno italiano para el G8.


Despues de la II Guerra Mundial, Europa no habia visto nunca la violencia tan de cerca y menos de parte de las fuerzas del orden. Esa es la razon por la que las imagenes de la muerte en la calle de Carlo Giuliani (23 años), la violencia en las calles y el brutal “apaleamiento” en la Scuola Diaz –donde pernoctaban los manifestantes- siguen siendo un tema en el viejo continente, asociado a los tiempos mas duros de la violencia policial de las dictaduras latinoamericanas.
El proceso por la muerte de Giuliani fue cerrado sin culpables, pruebas importantes en el proceso por la violencia de la Scuola Diaz extrañamente extraviadas antes del juicio, las autoridades policiales involucradas beneficiadas con ascensos, mientras el gobierno Prodi no logra establecer la Comision de Investigacion prometida en el plan de Giobierno. Sin embargo la reciente aceptacion por parte de la Corte Europea de Derechos Humanos del recurso presentado (en el 2002) por la familia Giuliani en contra del “uso excesivo de la fuerza por parte de la policia”, y la primera condena por violencia de Estado en las marchas, reponen el tema a 6 años de distancia.

Por otra parte, las responsabilidades politicas apuntan a quienes dirigieron en ese momento el plan de seguridad, el ex Jefe de Policia, Gianni De Gennaro y el ex comisario de Genova, Francesco Colucci... mientras el primero pasa al Ministro del Interior, el segundo podria ser Gobernador de Genova... pese al proceso por falso testimonio que se lleva a cabo en su contra.

La imagen del G8-Genova: Carlo Giuliani

Entre el 19 y el 22 de julio del 2001, se realizo en Genova la reunion del Grupo de los 8, que reune a los paises economicamente mas potentes del mundo. La ciudad fue practicamente blindada, se pidio a los genoveses dejarla; el puerto, las carreteras, las estaciones de trenes y aeropuertos fueron puestos bajo vigilancia, en estos ultimos se llego incluso a instalar misiles aire-tierra, para enfrentar eventuales ataques.
700 grupos anti globalizacion de distinta inspiracion ademas de cientos de particulares, llegaron a la ciudad desde distintas partes de Italia y Europa –especialmente- para participar en el paralelo “Foro Social de Genova”, muchos de los alojamientos fueron predispuestos por el propio Municipio genoves, en especial en escuelas.
El jueves 19, se realizo la primera manifestacion que reunio a unas 50 mil personas mientras seguian llegando personas a la ciudad para las actividades de los dias siguientes. El viernes 20 estaban previstas 8 manifestaciones sobre temas como medio ambiente, inmigracion o trabajadores. En distintos puntos de Genova, en medio a las manifestaciones pacificas, comenzaron enfrentamientos entre la policia y grupos violentos denominados “black block” (segun imagenes, muchos de ellos involucrados con la policia). Piedras, bombas lacrimogenas y disparos policiales comenzaron a cruzarse en una ciudad en estado de guerra.
A las 15 horas los enfrentamientos llegaron a Piazza Alimonda, los manifestantes alzaron barricadas y bloquearon el transito de los vehiculos policiales; a las 16 horas, la policia comenzo el contrataque, videos y fotografias muestran una violencia policiaca inusual -en Europa-, decenas de personas eran golpeadas brutralmente. Los manifestantes practicamente bloqueados reprenden las barricadas, en este momento la Land Rover Defender de la policia que intentaba salir de la zona es atacada. Los hechos en esta parte se confunden y los registros son variados. En el ataque al auto policial, Carlo Giuliani habria intentado lanzar un extintor, en ese momento recibe el disparo del policia Mario Planica (20 anos). Giuliani cae y el auto pasa sobre el dos veces, cuando retrocede y cuando avanza. Pocos minutos despues, muere. Las imagenes con el joven en el suelo, ensangrentado, y con el auto pasandole encima giraron el mundo transformandose en el resumen grafico de aquella reunion.
Las versiones y los peritajes fueron contradictorios: los uniformados dijeron no haberse dado cuenta de haber atropellado a una persona, el policia Mario Planica nego inicialmente haber disparado a Giuliani afirmando que hizo un tiro al aire y que la bala habria rebotado en una piedra y desde ahi a la cabeza del joven, la autopsia confirmo el disparo y señalo que una vez muerto, Giuliani fue golpeado con una piedra en la cabeza. Aunque los policias Planica y Filippo Cavataio fueron procesados por homicidio, el caso fue archivado en mayo del 2003, sin culpables.
Una vez absuelto por la justicia, el joven carabinero Planica fue inmediatamente dado de baja, en estos 6 años ha sido candidato en varias elecciones sin ser electo, fue victima de un “extraño” accidente automobilistico (que su abogado califico como “sabotaje”). Algunos meses atras, entrevistado de un periodico, recordo las felicitaciones de sus colegas luego del hecho (“bienvenido al mundo de los asesinos”, le decian). Hasta hoy sostiene que se encontro en medio de un engranaje mas grande que el y reitero que le resultaba inexplicable que algunos militares intervinieran el cuerpo de Giuliani, golpeando su cabeza con una piedra. Aunque el proceso de Estrasburgo (la Corte de DDHH europea) que deberia iniciarse en septiembre no es un proceso mediatico, las sentencias de la Corte son directamente aplicadas a los Estados miembros, y ahi esta la esperanza de la familia: enfrentar lo que para las victimas de G8 de Genova fue un diseño criminal selectivo por parte del Estado.
El mismo 20 de julio, en otra zona de Genova, manifestantes pacifistas fueron golpeados con extrema violencia, entre ellos la pediatra, voluntaria en Africa y miembro de la Red catolica Lilliput, Marina Spaccini. Esta mujer, que en el 2001 se paro con las manos pintadas de blanco frente a la policia, logro que su caso fuera la primera sentencia que admite la injustificada violencia. Hace 15 dias se dictamino el pago de la simbolica cifra de 5.000 euros por parte del Ministerio del Interior italiano, como resarcimiento por las agresiones sufridas.

Asalto a la Scuola Diaz

Mas alla de las fronteras europeas, los hechos de la Scuola Diaz fueron practicamente desconocidos en un mundo sorprendido aun por las imagenes de la muerte de Giuliani.
El Municipio de Genova habia habilitado algunas escuelas publicas para el desarrollo del Foro Social, en la Scuola Diaz –particularmente- alojaban 93 personas, entre jovenes manifestantes y periodistas extranjeros acreditados.
Caia la noche del 21 de julio y la policia comenzo a rodear la zona, cerca de las 9 de la noche grupos antimotines ingresaron violentamente al recinto, deteniendo y golpeando a quienes se encontraban en el lugar, pese a que estos no opusieron resistencia. Muchos de los 93 alojados salieron en direccion a las comisarias en camillas, mientras que aquellos fueron directamente llevados a los hospitales, supieron a traves de los medios de comunicacion que estaban detenidos.
Los “efectos” de la irrupcion policial, fueron devastadores, basta mencionar que uno de los detenidos estuvo en coma por 2 dias, mientras que otros 3 permanecieron con pronostico reservado, brevemente resumido: trauma craneo cerebral, fractura a la mandibula, perforacion al pulmon, perdida de dientes, etc.
La sangre en las paredes y los pisos fueron testimonio de los excesos policiales, la accion se justifico señalando que existian rumores de que ahi alojaban grupos violentistas “Black block”. La policia dijo tambien que respondio al lanzamiento de piedras desde el edificio y posteriormente sostuvo que habia encontrado dos bombas molotov en las dependencias (las mismas que se “extraviaron” antes de un juicio en el tribunal de Genova).
Los detenidos durante los 4 dias del G8 (240 personas segun versiones oficiales, mas de 500 segun las extraoficiales) fueron llevados a la Comisaria de Bolzaneto, lugar designado para confirmar identidad, donde segun denuncias, se practicaron torturas y los derechos legales fueron drasticamente limitados.
Las versiones contradictorias en la medida pasa el tiempo se van desconstruyendo para rehacerse en los fluctuantes testimonios de los 28 policias actualmente procesados. Los procesos judiciales continuan en medio de declaraciones del tipo “no lo se” o “no recuerdo”.

El exito de los procesados

El pasado 14 de julio, el Jefe de Policia en el 2001, Gianni De Gennaro, y el –a la epoca- Comisario de Genova, Francesco Colucci, fueron indagados en el Tribunal Genoves por falso testimonio en los hechos de la Scuola Diaz. Pese a haber sido señalados como responsables de la violencia, habian pasado indemnes ante la justicia.
Colucci reconocio en mayo pasado, la falsedad de algunas pruebas entre ellas la presencia de las molotov en la Scuola, por lo que el Tribunal asumio que De Gennaro, como autoridad policial maxima, habria inducido a falso testimonio a su cadena de mando.
Pese a esta acusacion (y a otras no menos relevantes), De Gennaro -por 7 años la maxima autoridad policial en Italia- ha dejado la jefatura de la Policia para asumir como nuevo jefe de gabinete del Ministro del Interior y la Seguridad Nacional, mientras que Colucci podria ser promovido desde el Comando Interregional de la Policia, a Gobernador.
El rapido ascenso tambien ha beneficiado a “pescados mas chicos”. El Vicecomisario de Roma en tiempos del G8 (y uno de los principales indagados), Vincenzo Canterini, es actualmente Comisario y Agregado de Seguridad en la Embajada Italiana de Bucarest; el ex jefe del Servicio Central Operativo, Francesco Gratteri, es ahora Vicedirector Nacional Antiterrorismo, mientras que tambien ha sido ascendido el ex Subjefe de la Division de Operaciones Especiales, Alessandro Perugini, filmado mientras –de civil- golpea a un joven.
Meses despues de los hechos de julio del 2001, el Ministro del Interior del gobierno de Berlusconi declaro que, luego de la muerte de Giuliani, la orden fue utilizar las armas contra aquellos que intentaran pasar la zona restringida de la reunion de los “ocho grandes”, reconociendo asi la responsabilidad de Estado en la violencia de Genova... a 6 años, parece que el Estado italiano premia mas que castiga.

Leer más...